He ido a donde no te has imaginado
He bajado tan abajo que el infierno de Dante quedo alto.
Y he subido hasta los soles que deslumbraron a Leonardo.
He corrido con leones en la guerra del asfalto.
Y hasta ahora sigues siendo tú.
Guardo tantos corazones en mi anuario
Guardo días de verano, flores de callejón.
No hay peor soledad que la de vivir escapando.
No tengo un poema que no hable de vos.
Y ahora que aletean los sueños cada vez más despacio.
Amores salados que piden perdón.
Besos que renuncian a ser una canción.
Hoy tengo muchas preguntas, y una eras vos.
Le cortaron el pelo a Sansón.
Ya el rumor de abecedario, y los sueños de balcón se han apagado
Por favor no le sigas murmurando al corazón.
Es curiosa la nostalgia
Una musa vestida de telarañas.
“Me gustaría recuperar las palabras
Que deje entre tus sabanas
Y todo ese amor”
Es curiosa la nostalgia
La sonrisa de una niña que aún no habla.
“Cuando me abrazabas por detrás del sillón
O hacías garabatos en mi pelo
Aguardando al sol”
sábado, 8 de mayo de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
Cartas de Amor Para María
Señora debo advertirle que los años pasan pronto
Y uno por ser sonso ya no rige ni su vida.
Voy despacio a contarte el amor de los mil días.
Y el otoño canceroso de María.
Ella toco la piel del “oso”
Sin decirle que era mía.
Y se ahogo
En un calabozo de pastillas.
Perdió la vista en un callejón
Se la llevo un gamulan vestido de señor.
Al que le ofreció un café en lo del “chino”
Y terminaron con flores en el balcón.
No sabia que telarañas
Desnudaba esta canción.
No sabia entonces que ninguna
Es modelo de cordura
Cuando se trata del amor.
Se olvido la mañana en un burdel
Y se dijo a si misma que con él
Iba a ser de revista.
Aunque el titular empezaba con “perder”
Renuncio a los caprichos de aquel monstruo
Que la vino a visitar un día.
Y la dejo con la boca avinagrada
Y con los fantasmas de la melancolía.
No hay noche más añorada
Que la que vive en su almohada, pensó.
Ni dama más cansada
Que la que carga en la espalda el amor.
Esta tan lejos la mañana, María
Pídele sueños al balcón
O un Romeo que no sea de cartón.
Pídele vida.
Cartas de amor para María
Se le enviaron más que dos.
Y solo a una respondió.
Firmaba pidiendo perdón.
Creo que equivoco la salida.
Y no supe más nada de María
Más que su otoño canceroso
Y la piel del “oso” que tocó
Que nunca supo que era mía.
O de su amor de revista
Que se destiño tan fácil
Como acuarela en la llovizna.
Discúlpame sé que no valía enamorarse
Siendo solo una visita.
Discúlpame aunque sea tarde
Y siga siendo una visita
Si aún te sueño por las tardes...
Solo... solo por las tardes, María.
Reconozco que soy poco...
Solo... solo por las tardes, María
renuncio al barrilete y me quedo en tú camisa.
Y uno por ser sonso ya no rige ni su vida.
Voy despacio a contarte el amor de los mil días.
Y el otoño canceroso de María.
Ella toco la piel del “oso”
Sin decirle que era mía.
Y se ahogo
En un calabozo de pastillas.
Perdió la vista en un callejón
Se la llevo un gamulan vestido de señor.
Al que le ofreció un café en lo del “chino”
Y terminaron con flores en el balcón.
No sabia que telarañas
Desnudaba esta canción.
No sabia entonces que ninguna
Es modelo de cordura
Cuando se trata del amor.
Se olvido la mañana en un burdel
Y se dijo a si misma que con él
Iba a ser de revista.
Aunque el titular empezaba con “perder”
Renuncio a los caprichos de aquel monstruo
Que la vino a visitar un día.
Y la dejo con la boca avinagrada
Y con los fantasmas de la melancolía.
No hay noche más añorada
Que la que vive en su almohada, pensó.
Ni dama más cansada
Que la que carga en la espalda el amor.
Esta tan lejos la mañana, María
Pídele sueños al balcón
O un Romeo que no sea de cartón.
Pídele vida.
Cartas de amor para María
Se le enviaron más que dos.
Y solo a una respondió.
Firmaba pidiendo perdón.
Creo que equivoco la salida.
Y no supe más nada de María
Más que su otoño canceroso
Y la piel del “oso” que tocó
Que nunca supo que era mía.
O de su amor de revista
Que se destiño tan fácil
Como acuarela en la llovizna.
Discúlpame sé que no valía enamorarse
Siendo solo una visita.
Discúlpame aunque sea tarde
Y siga siendo una visita
Si aún te sueño por las tardes...
Solo... solo por las tardes, María.
Reconozco que soy poco...
Solo... solo por las tardes, María
renuncio al barrilete y me quedo en tú camisa.
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